
Gabriel Ruiz Ortega/. Mario Vargas Llosa no solo deja un vacío en la vida nacional, sino también una salida para estos tiempos de polarización, mediante su literatura, su autocrítica y su consecuencia. Toda su vida luchó contra la opresión y vivió como predicaba: siendo libre y comprometido con las causas justas, sin importar si estas eran de izquierda o derecha.
De un escritor de la talla de Mario Vargas Llosa creemos saberlo todo. Se ha vuelto tan universal que pensamos que ya no existe nada más que podamos saber de él. Por un lado, la impresión puede ser cierta. Por ejemplo, los lectores y jóvenes de las últimas generaciones han tenido como un implícito referente nacional (la radiación es literaria, social, política y cultural) a la figura y obra de nuestro nobel de Literatura, sabiendo lo que se tiene que saber de él, sin necesidad de haberlo leído necesariamente (hasta ese punto llega su grandeza). Sin embargo, cuando más pensamos que conocemos a Vargas Llosa, se nos presenta un dato ya recorrido que en la relectura se impone a manera de epifanía.
Mario Vargas Llosa falleció este domingo 13 de abril de 2025. Así lo anunció su hijo Álvaro en su cuenta de X. Se trató de un hecho que muchos veníamos intuyendo desde que se despidió de la ficción con Le dedico mi silencio, su última novela, cuya lectura simbólica sería la de la unión de los peruanos mediante la cultura.
Figura polémica de la cultura y de la historia en Perú, su país al que amó tanto que no vio otra manera de mostrar su amor que siendo crítico con él. Qué mejor ejemplo de su amor al Perú que sus memorias El pez en el agua, en donde nos contó cómo se hizo escritor y cómo la política nunca afectó sus convicciones personales.
Sus últimos años estuvieron signados por la puesta en orden de las cosas. Hace poco, en el 2023, Mario Vargas Llosa ingresó a la Academia Francesa, un logro equiparable al Nobel de Literatura, incluso podríamos señalar que es mayor al galardón de la Academia Sueca. Además, es el único latinoamericano que la integra desde su fundación en 1635 por el cardenal Richelieu. No es poca cosa. Un peruano así no lo vamos a tener en siglos.
Como bien lo hemos visto y hemos consignado en La República, en sus últimos días, Mario Vargas Llosa estuvo recorriendo los espacios urbanos representados en sus emblemáticas novelas, como La ciudad y los perros y Conversación en La Catedral. Más de uno dedujo que se estaba despidiendo, pero lo que nadie imaginaba era que fuera a partir tan pronto. Entonces, la desazón crece, esa es la sensación que dejan aquellos que pensamos que no van a morir jamás. Un signo de trascendencia.
Artículo completo aquí: https://larepublica.pe/cultural/2025/04/14/mario-vargas-llosa-1936-2025-un-peruano-irrepetible-650972